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D. Javier San Millán, Alcalde de Herrera de Pisuerga (Palencia),
en el momento de pronunciar el Pregón de la Fiesta |
Sr. Alcalde, autoridades, querida Presidenta de la Casa de Castilla y León en
Tres Cantos, Presidente de la
Diputación de Palencia, amigos todos. Quiero antes de
empezar, hacer un saludo especial a D.ª Eva Mancebo Chocán, Alcaldesa de este
año, palentina de Camporredondo de Alba, heredera de los valores de la mujer
palentina, que fue merecedora de esa banda dorada que luce su traje regional
desde que en 1387 las mujeres de Palencia defendiesen la ciudad frente al
ataque del Duque de Lancaster. Enhorabuena, Eva, por este nombramiento de
Alcaldesa de Tres Cantos en el día de Santa Águeda.
Es seguro que podríais tener un pregonero que
pudiera con sus palabras representar y glosar mucho mejor que yo las
excelencias de una celebración como las Águedas. Seguramente mi único mérito es
mi buena relación con vuestra Presidenta y ya con muchos de vosotros. Negarme y
decir que no, no está en mi vocabulario y menos cuando representa para mí un
grandísimo honor. Pero no negarme me parece de un atrevimiento gigantesco. Claro
que siempre se ha dicho en nuestra tierra que la ignorancia es la madre del
atrevimiento… y aquí estoy yo. Gracias y perdonen.
En mi pueblo no se celebra la fiesta de Santa
Águeda y lo más que conocí era a una señora que tenía ese nombre, que vivía
arriba de la casa de mis padres y que formaba cuadrilla con otro grupo de mujeres para sacar patatas y efectuar alguna
que otra tarea agrícola. Mujeres muy trabajadoras y muy queridas por todos. Mujeres
que, como mi amiga Matilde, lucharon con fuerza sobrehumana para sacar adelante
una gran familia numerosa que ha servido para mandar esa simiente a otras
tierras, mientras quedaba estéril la propia. Pero hete aquí que allá por el año
1975 en los preparativos del Festival del Cangrejo, en la Comisión de Fiestas a la
cual yo pertenecía, no sé muy bien por qué desde hacía dos años, el Alcalde de
Herrera, Luis Salvador, nos contó que aquel año el Festival se lo teníamos que
dedicar a la mujer porque el día 8 de marzo de ese año la ONU lo había declarado como Año
Internacional de la Mujer. Y
entonces la pregonera sería una mujer, Casilda Ordóñez, mujer palentina,
forjada en meseteñas arcillas y bravuras cantábricas. Mujer en un año para la
mujer, cultivadora de la palabra que es donde lo humano se hace humano.
Continuó diciendo que había invitado a las hermanas
Pilar y Francisca Blanco Yagüe, Alcaldesas de Zamarramala, provincia de
Segovia, desde el día de Santa Águeda de aquel año. Y que vendrían a Herrera a
presidir todos los actos del Festival del Cangrejo de 1975. Nos contó que una
tradición, una bellísima tradición, que se remonta al año 1227 hace que una
mujer de Zamarramala sepa desde que tiene uso de razón que alguna vez en su
vida y por un solo día, gobernaría a su pueblo. Año tras año, siglo tras siglo,
así ha venido ocurriendo. La cofradía compuesta por todas las mujeres del
pueblecito segoviano ha venido eligiendo a dos Mayordomas de entre ellas para
que el día de Santa Águeda sean alcaldesas de su pueblo. Insólita y diferente
costumbre española. Así las alcaldesas de Zamarramala se convirtieron en el año
1975 en un símbolo de especialísimo significado dentro del Año Internacional de
la Mujer, como
representantes de todas las mujeres españolas en el IV Festival del Cangrejo. Bueno
todo esto así sucedió y seguimos con nuestros preparativos, nuestro día a día y
para mí, chaval de 17 años, quedó de aquella reunión poco más allá de la
curiosidad del nombre del pueblo y del cargo tan extraño de alcaldesas por un
día.
Lo del Año Internacional de la Mujer quedaba bien y así
implicábamos en nuestra joven fiesta a todas las mujeres del mundo, parecía muy
interesante para nuestro pueblo. Llegó el día del Cangrejo: organización, lío,
bullicio, carreras… y de repente nuestro Alcalde y las autoridades que acudieron
a Herrera, entre ellos los grandes Mesoneros de Castilla, los segovianos
Cándido, Juanito, Duque y los palentinos Pablo Payo y Josefina Alba, ataviados
con las mejores galas, con trajes llenos de medallas, distinciones y
reconocimientos. Y aparecieron acompañados con unas señoras vestidas de una
forma rarísima, con una indumentaria bellísima, pero nada acorde con el día de
calor de justicia que ese 27 de julio nos ofrecía.
- Las Alcaldesas de Zamarramala.
– ¡Dios! Pues sí que tienen que ser
importantes.
A partir de ahí puse la antena y me fui enterando
del significado de las alcaldesas de Zamarramala, de su valor reivindicativo
del papel social de las mujeres que, aunque solo fuese por un día, pasaban de
ser importantes no solo en el ámbito familiar, sino también en el más amplio y
complejo espacio social, otorgándolas el más alto rango local, simbolizado en
la figura del Alcalde.
Pero lo cierto es que la mujer, aunque secularmente
haya estado apartada de los puestos de poder y decisión, es clave para el
desarrollo rural. O mejor dicho, la mujer es clave para el desarrollo de
cualquier sociedad. Entre los jóvenes se observan pocas diferencias entre sexos
y la educación no explica la marginación de las mujeres en la economía rural.
En la enseñanza superior y la universidad sí se aprecian diferencias. La
voluntad de proseguir estudios es mayor entre las jóvenes de las zonas rurales
que entre los hombres. Aquellas tienen mayores de deseos de integrarse en un
estilo de vida urbano y saben que la educación es una de las vías mejores para
conseguirlo.
¿Y por qué quieren integrarse en el estilo de vida
urbano? Pues porque conocen las limitaciones del estilo de vida de la mujer
rural, que tradicionalmente ha desempeñado un papel auxiliar, ayudando en las
labores del campo, cuidando de los mayores y encargándose de la economía
doméstica. Cierto es que en los últimos tiempos se presentan alternativas
laborales a la mujer rural, pero en muchos casos se trata de variantes de
oficios que siempre desempeñaron las mujeres, de antiguas artesanías
remodeladas ahora en formas modernas (elaboración de jabones aromáticos,
fabricación de dulces saludables, recuperación de textiles naturales en trance
de desaparición…), con lo cual las diferencias entre la “nueva” oferta laboral
que se ofrece a la mujer rural y las antiguas ocupaciones femeninas no son tan
grandes o incluso son las mismas, pero adaptadas al momento actual.
La implantación en el medio rural de nuevos
sectores económicos, que creen un empleo de alta calidad dará nuevas
perspectivas a las mujeres para no abandonar el medio rural. En el fondo, el
problema es romper con el estereotipo que establece que determinados oficios
son del campo y otros son de la ciudad; en los tiempos actuales, con el
desarrollo de las nuevas tecnologías, que no conocen fronteras geográficas, con
el acceso a la información globalizado y con las visibles mejoras de la red de
comunicaciones, las diferencias del binomio campo/ciudad son cada vez menores y
en consecuencia, las ofertas laborales deben ser cada vez más semejantes en los
dos ámbitos. Y una vez limadas las
diferencias entre las ofertas laborales del campo y la ciudad, la mujer rural
tendrá un más amplio abanico de desarrollo laboral. Pues lo que ya ha demostrado
de sobra la mujer es su capacidad para los puestos de mayor responsabilidad y
relevancia. Como en su día lo demostraron las mujeres palentinas del 1387 que,
en ausencia de sus maridos, fueron ellas las que tomaron las armas para
defender la ciudad, poniendo de manifiesto ya en aquella lejana fecha que
podían desempeñar a la perfección un oficio tradicionalmente asignado a los
hombres.
Pero hoy, aunque es día de reivindicar el cambio a
mejor que se merece la mujer rural, también es un día de fiesta. Por eso,
permitidme volver la mirada a la tradición festiva que hoy nos reúne a todas y
todos para honrar a Santa Águeda y, en ella, a todas las mujeres y
dispongámonos a celebrar con el mejor espíritu y el ánimo más alegre la Fiesta
de las Águedas 2015.
¡Felicidades a las “Águedas”, felicidades a las
mujeres de Tres Cantos y felicidades a todos los los miembros de esta magnífica
y fantástica asociación que trabaja para mantener vivas las tradiciones y la
cultura de nuestra querida tierra de Castilla y León! Enhorabuena nuevamente
D.ª Eva y muchas gracias.
RELEVO DE ALCALDESAS
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Dña. Emilia Delgado, Alcaldesa de 2.014, pronuncia su discurso presentando
a la Alcaldesa de 2.015 |
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Dña Emilia entrega al Sr, Alcalde el "Bastón de Mando"
recibido hace un año
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| Dña. Eva recibe el "Bastón de Mando" |
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BANDO DE LA ALCALDESA
BANDO 2015
PRONUNCIADO POR DÑA EVA MANCEBO
CHOCÁN
Ilustrísimo Sr. Alcalde, Concejales y Corporación Municipal,
socios y socias de la Casa de Castilla y León de Tres Cantos, vecinos,
familiares y amigos.
Nos reunimos en este día para celebrar de una manera muy
especial el recuerdo a Santa Águeda, que nos congrega principalmente como
mujeres, pero también por las raíces comunes que de nuestros padres heredamos
al traernos al mundo en esta tierra de Castilla-León.
Estamos hoy aquí porque la naturaleza nos ha ofrecido un
regalo incluso antes de nuestro nacimiento: nuestra condición de mujer. Un regalo
que como tal, debemos agradecer con ilusión, cada día de nuestras vidas y con orgullo
proclamarlo, para así disfrutarlo en su plenitud.
En Santa Águeda queremos ver el reflejo de nuestra fortaleza
y por ello la enaltecemos como imagen fiel de nuestros propios sentimientos y
también de nuestras inquietudes. Somos plenamente conscientes de lo que
representa conmemorar a nuestra Santa: Ella tiene una parte de cada una de
nosotras; y en cada una de nosotras reside una parte de ella, de su entereza, valentía
y de la firmeza de sus convicciones. Es por ello que hoy vamos a dar gracias,
como cada día, por lo que somos; pero con un matiz diferente, hoy lo vamos a
hacer todas juntas, en memoria de Santa Águeda.
Primero somos HIJAS para luego, algunas de nosotras,
convertirnos en hermanas, madres y abuelas… y lo somos por derecho natural. Y
en calidad de lo que somos, tenemos una misión esencial en este mundo: dejarnos la vida por los nuestros, día a
día, minuto a minuto. Pecan de ignorancia quienes confunden la abnegación
con la sumisión, el respeto con la debilidad ó la educación con el servilismo.
Luchamos sin descanso para obtener nuestra posición en el mundo y la exigimos,
no solamente con nuestras voces, no… la venimos a exigir todavía de forma más
contundente: EN SILENCIO… con nuestros actos, con nuestro trabajo y esfuerzo,
demostrando lo que somos; aportando el equilibrio necesario en nuestros
hogares, nuevas perspectivas en nuestros trabajos, un mayor diálogo y más
comprensión en las relaciones sociales… allí donde nos movemos sembramos una
semilla para contribuir, en última instancia, a que este mundo sea más igual,
más justo y más humano.
¿Y cómo podríamos colaborar en esta aventura de ser mujer desde
nuestro estatus de vecinas?
Esa tarea no es, ni mucho menos, exclusiva de nuestro género.
Pero quizá nosotras, por nuestra natural condición, debemos de ser quienes
comencemos dando el primer paso para romper las barreras cada día y no esperar
a que sean “otros” quienes lo hagan. Y lo haremos nada más salir de nuestras
casas, con los “buenos días”, nuestros gestos, manifestando interés por nuestros
vecinos del rellano, preocupándonos un poco de las personas que conviven a
nuestro alrededor, ayudando al que nos necesita pensando en cómo hacerlo mejor
y no en quién es el que pide nuestra ayuda, comprendiendo y tolerando… Por eso
me he referido a “romper barreras”, porque la escasa comunicación entre las
personas acaba llevando a la falta de interés por el vecino y ese es el mejor
cimiento sobre el que comienza a levantarse un enorme muro que nos distancia a
unos de los otros. Si no somos capaces de abrir una brecha, el mundo se
deshumaniza, pero no de una manera global...no.....se deshumaniza desde los
núcleos más pequeños... empezando por nuestras familias, por nuestro barrio,
por nuestro municipio…
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| Dña. Eva pronunciando su Bando |
Tenemos una ciudad maravillosa en la que con un poquito más
de esfuerzo podemos obtener una armonía vecinal envidiable para cualquiera,
pero tenemos que ser todos juntos los que caminemos en esa dirección. No hay
mecanismos legales que puedan utilizar nuestras Autoridades Municipales para obligarnos,
pero estoy convencida que siempre hay herramientas que pueden ser utilizadas
para animar y fomentar ese acercamiento humano entre los vecinos. Y aunque me
consta que así se viene haciendo, no está de más que utilizáramos los buzones
de sugerencias para depositar en ellos las ideas que se nos puedan
ocurrir.
Parece obligado en un día como el de hoy a tratar asuntos
como el del mayor peso específico que las mujeres vamos asumiendo en los
diferentes niveles en nuestra sociedad. Y efectivamente es un logro enorme.
Pero aún hay mucho camino que recorrer y las más jóvenes tenéis que retomar el
testigo y asumir esa obligación para con las generaciones venideras en pago a
la memoria de nuestras antepasadas.
Estoy completamente segura de que llegará un día en el que el
papel de la mujer en los ámbitos de la vida deje de ser un tema de
conversación. Hasta ese día no habremos conseguido una igualdad plena ¿Acaso se
habla del “papel del hombre”? Yo nunca lo he oído… Pues yo espero que todo lo
que estamos trabajando tenga por recompensa ese momento. No debemos utilizar la
búsqueda de la “igualdad” basándonos en diferencias, sino en similitudes.
Somos iguales, si, pero sin perder nuestras señas de
identidad, nuestras diferencias características y naturales. Ni podemos ni
queremos perderlas. Porque estamos muy orgullosas de ellas.
Para terminar, y por estar conmemorando a una mujer como
Santa Águeda, me gustaría que por un momento todos los aquí presentes llevemos
en lo más profundo de nuestros corazones a todas aquellas mujeres que son
arrancadas de sus hogares a la fuerza, desposeyéndolas de cada uno de los
derechos fundamentales propios por nacimiento. Y que al igual que Santa Águeda
sufren los caprichos de aquellos que creen ser más fuertes, y por ello
superiores. Por eso quiero hacer un llamamiento general para erradicar de una
vez este tipo de injusticias que, desgraciadamente, en ocasiones vienen incluso
amparadas por la ley y por las costumbres de los pueblos.
Quisiera dar las gracias a quienes con todo su cariño han
intentado captar en estas líneas todo lo que mi mente, y sobre todo mi corazón,
no han sido capaces de plasmar en papel por las consecuencias lógicas del paso
del tiempo.
