DISCURSO PRONUNCIADO POR
DÑA. ISABEL GARCIA SASTRE.
FEBRERO DE 2005
ENTREGA DEL BASTON
Señora Alcaldesa, ya ha pasado un año desde que su Señoría me entregó, en un acto como el que estamos celebrando, el Bastón de “Alcaldesa Honoraria” de la Casa de Castilla y León de Tres Cantos.
- Ha sido para mí un honor y he ostentado el cargo con gran satisfacción.
- Hoy, en esta celebración de la festividad de Santa Agueda y como es tradición, volvemos a rememorar la singular gesta de las mujeres de Zamarramala, renovando el mandato de Alcaldesa por un día.
- Así pues, paso a solicitar de su Señoría la entrega del Bastón de Mando a la mujer elegida por la Asociación, a DÑA REGINA HERNANDEZ BARAJA, quien estoy segura, que también desempeñará el mandato con alegría y emoción porque a los Castellano-leoneses nuestras tradiciones nos llegan al corazón.
Muchas gracias,
Isabel García Sastre
PREGÓN DE SANTA
ÁGUEDA
PRONUNCIADO POR DÑA.
ANA PASTOR GARCIA
(1ª TENIENTE DE ALCALDE Y CONCEJAL DE URBANISMO
DEL AYUNTAMIENTO DE SEGOVIA)
13 de Febrero de
2.005
Ticantinos
y tricantinas, amigas, y amigos todos de este lugar del otro lado de la Sierra.
Vengo
desde Segovia a pregonar una fiesta a un lugar que en su día también fué de
Segovia, desde allá por el año 1248 los segovianos pueblan y edifican
Manzanares y Colmenar Viejo y, por tanto, estas tierras de vuestro ahora joven
y próspero municipio. No estuvieron ausentes las polémicas entre los de un lado
y otro de la sierra , pues, como muy bien sabéis, Madrid arranca a Fernando III
una Real Orden para destruir estas aldeas, la comunidad segoviana se niega a
obedecer la orden real y, finalmente estos terrenos pasan a ser posesión de la Corona , por disposición de
Alfonso X. En 1287, Sancho IV los devuelve a Segovia. Durante 150 años, la Comunidad de Villa y
Tierra posee pacíficamente estos territorios, hasta que Juan II, en 1446 los
dona a D. Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, como premio a su apoyo
en la batalla de Olmedo, en manos de cuyos descendientes esta la jurisdicción
del territorio hasta la disolución de los señoríos en el siglo XIX.
Y
vengo a pregonar una fiesta de mujeres, una fiesta que sale de las entrañas más
profundas de nuestra tradición; hay quien mantiene que es heredera de las
antiguas fiestas femeninas romanas: “las matronalías”, y la leyenda que
sustenta la fiesta en Zamarramala narra que, durante el reinado de Alfonso VI,
en la conquista del Alcázar, las zamarriegas, engalanadas y bailando,
distrajeron a la guardia árabe, mientras los hombres tomaban la fortaleza. En
reconocimiento a su labor, se les otorgó “el privilegio” de mandar durante un
día al año.
No
fue el único privilegio que las mujeres segovianas han obtenido a lo largo de
la historia por su colaboración en las tareas de “estado” y por su ingenio a la
hora de resolver los problemas. Así, cuenta García Ruiz de Castro, en sus
“Comentarios sobre la primera y segunda población de Segovia”, escrito en 1511,
que había, por entonces, en España un común decir: “dueñas de Segovia y
caballeros de Ávila”,
Y
esto era así porque “como quiera que los caballeros hijosdalgos de Segovia se
fueron a guerrear contra los moros infieles, los moros de la comarca tuvieron
aviso de que no quedaban sino mujeres y mozo de servicio en esta ciudad, Ponen
cerco a la ciudad. Ellas, como fuertes y animosas guerreras no se han olvidado
de la sangre gótica de a do descendían, cierran sus puertas y ponénse por la
muralla con sus morriones, sus armas de pecho y cabeza. Repártense por la
muralla y, en este romedio, envían un hombre a sus vecinos los Caballeros de Ávila, dándoles aviso
de lo que pasa. Los moros, como no divisasen si la gente de guerra de la muralla eran mujeres o no,
piensan que son los segovianos. Temíanlos como al fuego, alzan el cerco y
vánse. El Concejo de Ávila envía a mucha gente y desbarayan a los moros. El Rey
hizo, entre otras mercedes, que nuestras damas, para que fueresen conocidas,
truxesen trece alfileres en el colodrillo de la toca”.
Esta
claro que nuestras antepasadas sabían usar el ingenio y la inteligencia para
resolver los más duros problemas. Lastima que se hayan desperdiciado durante
tanto tiempo estos dones de más de la mitad de la población, relegándolos al
ámbito doméstico.
Las
mujeres de nuestra tierra han conservado durante siglos, orgullosas, estas
tradiciones que hoy en día debe tornarse con un aire renovado. Y aunque en días
como hoy salgan de los baúles los viejos o los nuevos manteos y nos adornemos
con los atributos del vestido de gala, no debemos olvidar que el mandato de un
solo día, en nuestra sociedad actual, no puede ser más que un símbolo, una
tradición y una fiesta y debe ser, también, una ocasión para que la mujer
reclame la universalización de los valores que siempre le han sido
característicos: la abnegación y la capacidad de amar.
Eran
otros tiempos en los que esta festividad era un mero pasatiempo pintoresco, en
el que, en una sociedad profundamente machista, la mujer salía, solo por un
día, de su rutina habitual, ante la mirada complacida y risueña de los hombres
que sabían que, al día siguiente, cada uno iba a volver a su papel.
Pero
los Tiempos han cambiado y, ahora, cuando pese a los residuos dramáticos que
quedan de esa abusiva intolerancia, nacida de años de incomprensión, a pesar
del escalofrío cotidiano de la salvaje violencia de género que hace apacer con
demasiada frecuencia lo peor y más rastrero del ser humano y que incrementa,
día a día, la lista de mujeres muertas (8 en lo que va de este año 2.005),
ahora esta conmemoración ha de tener otro sentido: el de celebrar la fiesta de la Mujer , como mujer. No como
un sucedáneo de hombre que manda, que come, que se va cenar con sus amigas -un
solo día, ¡no faltaría más!- Como mujer, como la mujer del siglo XXI que,
compañera y solidaria, colabora a diario, desde los más diversos puestos y
desde las mas distintas responsabilidades, a crear una sociedad mejor, mas
justa, más igualitaria, en la que hombro
con hombro con el varón, se pueda percibir un futuro esperanzador, con aspecto
de paisaje creativo y fecundo.
Que
esta fiesta sirva para que recapitulemos sobre nuestro papel en un mundo cada
vez menos de hombres y más de seres humanos. Solamente si somos capaces de
darnos cuenta de ello, volverá a tener sentido recordar que hubo un tiempo muy
lejano, en que a las mujeres se les dejaba mandar un solo día, vestidas con sus
viejos manteos, con una vara de mando prestada, en las frías mañanas de
Febrero, “cuando busca la sombra el perro”, en las entrañables plazas de
Castilla y todos aquellos lugares en los que, como este de Tres Cantos, existen
hombres y mujeres orgullosos de sus orígenes y con ganas de conservarlas.
¡Viva
Santa Águeda!
¡Viva
Tres Cantos!
Ana
Pastor García
SANTA ÁGUEDA 2005
BANDO PRONUNCIADO POR
DÑA. REGINA HERNANDEZ BARAJA
Sra. Alcaldesa, autoridades, Vecinas, vecinos y amigos de Tres Cantos, buenos días a todos.
Como ya es tradicional en nuestro Municipio, celebramos hoy la festividad de Santa Águeda, Festividad en la que la mujer tiene un papel representativo e importante. Este año me ha tocado a mí, vallisoletana de nacimiento, recibir de su señoría el bastón de mando, que me agracia por un día y ser así la Alcaldesa Honoraria de este municipio , representando a la Casa de Castilla v León de Tres Cantos..
A mi ciudad natal, "VALLADOLID,” siempre la he llevado en el corazón, pues tengo motivos ciertos para ello; mis recuerdos de infancia, los amigos, los juegos, los ritos y costumbres tradicionales... Todo ello dejaron en mi mente y mi corazón un recuerdo y sabor mágico, en suma lo que llamamos RAICES. VALLADOLID, actual capital de la Comunidad castellano-leonesa, antigua capital del imperio, Ha sido escenario de cortes y concilios, cuna del más perfecto castellano, pero además ha sido escenario de mujeres con grandeza y esplendor. Allí tuvo lugar la coronación de Doña Berenguela, También estableció su residencia Doña María de Molina (reina regente) y fue el lugar elegido para las nupcias de Isabel I de Castilla, llamada "La Católica", por lo que para una mujer castellano-leonesa, como yo, que vive fuera de su tierra añora sus raíces, presidir este acto, que conmemora la gesta de unas mujeres que jugaron un papel trascendental en la defensa del Alcázar de Segovia, por cuyo hecho están en la Historia de España, es un gran honor figurar como Alcaldesa Honoraria de este pueblo por un día, representando a la Casa de Castilla y León de Tres Cantos.
Hablaba yo antes de mi infancia y de mis raíces. Y eso es lo que quiero yo para Tres cantos: una ciudad vivida día a día por abuelos, padres, hijos, nietos... no una Ciudad dormitorio que no deje posos en el alma.
Por ello, ORDENO, que nuestro Ayuntamiento tome las medidas necesarias para que ese deseo se vea cumplido posibilitando a los jóvenes y vecinos de esta ciudad que carezcan de vivienda, pisos a precio asequible y gestionando puestos de trabajo en las empresas ubicadas en nuestro municipio. Muchos de los jóvenes que ahora tienen edad de emanciparse, y que llegaron con nosotros a Tres Cantos hace veinte años, plantaron árboles, llenaron de vida y alegría calles y colegios, hicieron amigos que aún conservan, ven frustradas sus esperanzas de echar raíces que les haga recordar una infancia feliz, como yo la tuve.
Ordeno, también, que a los mayores de este municipio, se les de una vida digna, cuando no puedan ser atendidos debidamente en sus casas, habilitando plazas en esa preciosa y gran Residencia que se ha inaugurado recientemente, para que no tengan que ciarse de Tres Cantos y sigan estando cercanos a sus familiares.
Mas cosas podría yo ordenar, pero estimo que lo que he mandado hacer tiene la suficiente enjundia para que se tome
muy en serio por el Ayuntamiento y tampoco deseo cansar a los vecinos con mis órdenes.
Hoy es un día feliz. Y, siguiendo la tradición de nuestras antepasadas, os invito a celebrar lo que se ha convertido en una costumbre en este día: que reine el buen humor, la diversión y la alegría. Yo la Alcaldesa Honoraria
¡VIVA SANTA ÁGUEDA!.
Febrero de 2005